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Las calificaciones de S&P indican que Santa Elena se enfrenta a desafíos financieros




Comprender las calificaciones S&P y su impacto


Probablemente hayas oído que Santa Elena recibió recientemente una rebaja de calificación por parte de la agencia de calificación global Standard & Poor (S&P). En el mismo espíritu con el que hablé de CalPERS en la entrada del blog de la semana pasada, es esencial entender cómo funcionan las Calificaciones Globales de S&P y por qué son tan importantes para municipios como Santa Elena. S&P Global Ratings es una de las agencias de calificación crediticia líderes en el mundo, y proporciona evaluaciones de la solvencia crediticia de varias entidades, incluidas ciudades y municipios.


 S&P asigna calificaciones que van desde AAA, la calificación más alta posible, pasando por varios niveles hasta D (BB+ y niveles inferiores se conocen como "bonos basura", es decir, apuestas riesgosas con altas tasas de interés para igualar), que indica incumplimiento. Estas calificaciones son cruciales porque afectan la capacidad de una ciudad para obtener dinero prestado y las tasas de interés que debe pagar por su deuda. Una calificación crediticia alta, como AA+, indica un bajo riesgo de incumplimiento y generalmente permite a una ciudad emitir bonos a tasas de interés más bajas, lo que reduce el costo de endeudamiento para proyectos públicos como mejoras de infraestructura.


Por el contrario, una rebaja de la calificación crediticia puede tener importantes ramificaciones financieras. Normalmente conduce a tasas de interés más altas para los nuevos bonos, lo que aumenta el costo del endeudamiento. Además, una calificación más baja puede reducir la confianza de los inversores, lo que puede dificultar que la ciudad atraiga inversiones o refinancie la deuda existente. En casos graves, una ciudad con una calificación crediticia baja puede enfrentar dificultades para acceder al mercado de bonos, lo que limita su flexibilidad financiera.


Bonos de la Medida H: un estudio de caso sobre la influencia del S&P


Utilicemos un ejemplo específico de nuestra ciudad. En 2022, los residentes de St. Helena aprobaron la Medida H, una medida de emisión de bonos destinada a asegurar $19,15 millones para financiar mejoras críticas del sistema de agua, incluida la infraestructura de agua potable, aguas pluviales y alcantarillado. El éxito de la Medida H fue un momento crucial para la ciudad, ya que prometía mejoras muy necesarias para garantizar la confiabilidad y seguridad de su suministro de agua, especialmente considerando los crecientes riesgos de sequía.


Los bonos de la Medida H se vieron directamente influenciados por la calificación crediticia de S&P. En el momento de la emisión, la calificación AA+ de St. Helena significaba que la ciudad podía asegurar tasas de interés favorables en estos bonos, reduciendo así el costo a largo plazo para los contribuyentes. Esta sólida calificación crediticia reflejó la confianza de los inversores en la capacidad de la ciudad para administrar sus finanzas de manera eficaz, lo que a su vez hizo que la emisión de bonos fuera más atractiva.


Sin embargo, el reciente cambio en la perspectiva de S&P para St. Helena de estable a negativa arroja una sombra sobre las futuras emisiones de bonos. Desafortunadamente para la ciudad, aún no hemos emitido todos nuestros bonos de la medida H: solo hemos emitido $7.5 millones de los $19.5 millones en bonos de obligación general. En términos del mundo real, el impacto general de solo recibir una perspectiva negativa puede aumentar las tasas de interés de los bonos (los residentes/la ciudad pagan esto) en un 0.10%-0.50% (10 a 50 puntos básicos) para estos futuros bonos que emitiremos. Si la calificación crediticia de la ciudad se rebajara debido a las presiones financieras en curso, como los pasivos de pensiones no financiados y los ingresos potencialmente menores a los esperados del Farmstead Hotel (o ninguno, lo que parece cada vez más probable), los tramos de $11.65 millones de bonos bajo la Medida H estarán sujetos a un impacto adicional del 0.25%-0.75%. Esto aumentará el costo de los préstamos y colocará una carga financiera adicional sobre los residentes de la ciudad.


Los peligros de reducir las reservas


Uno de los aspectos más críticos que destaca el reciente informe de S&P es el peligro de reducir las reservas financieras de la ciudad. Las reservas son el colchón financiero que permite a una ciudad absorber gastos inesperados o déficit de ingresos sin necesidad inmediata de recortar servicios o aumentar los impuestos. S&P y otras agencias de calificación observan de cerca el nivel de reservas que mantiene una ciudad como indicador de su salud financiera y resiliencia.


St. Helena ha mantenido tradicionalmente una posición de reservas muy sólida, con reservas disponibles que superan el 70% de los gastos operativos en los últimos años. Sin embargo, la ciudad ahora está proyectando reducciones significativas de estas reservas para cubrir déficits operativos y financiar proyectos de capital, lo que podría reducir el nivel de reservas a alrededor del 30% del presupuesto para fines del año fiscal 2025.


Si bien el 30% a menudo se considera un umbral mínimo para un saldo de reservas saludable, reducir las reservas a este nivel, o por debajo de él, puede tener consecuencias graves:


  1. Mayor riesgo financiero: un menor saldo de reservas reduce la capacidad de la ciudad para responder a desafíos financieros imprevistos, como recesiones económicas, desastres naturales o aumentos inesperados del gasto. Este mayor riesgo financiero podría llevar a S&P a rebajar la calificación crediticia de la ciudad, lo que aumentaría aún más los costos de endeudamiento.


  2. Impacto negativo en las calificaciones: la perspectiva negativa de S&P se debe en parte a las preocupaciones sobre el agotamiento previsto de las reservas. Si la ciudad continúa utilizando reservas sin un plan claro para reponerlas, aumenta la probabilidad de una rebaja de la calificación crediticia. Una calificación crediticia más baja haría que fuera más costoso para la ciudad emitir bonos o refinanciar la deuda existente, lo que agravaría las presiones financieras.


3. Sostenibilidad financiera a largo plazo: operar con un margen de reserva reducido limita la flexibilidad de la ciudad para invertir en la infraestructura necesaria, abordar los crecientes costos de las pensiones o responder a futuras crisis financieras. Esto podría conducir a un ciclo de aumento de la deuda y disminución de la solvencia.


Reponer las reservas: el camino hacia la estabilidad


Dados los riesgos asociados con el agotamiento de las reservas, es crucial que Santa Elena explore estrategias para reponer su colchón financiero. Esto podría implicar una combinación de medidas de reducción de costos, aumentos de ingresos y una planificación financiera cuidadosa. A continuación, se muestra cómo la ciudad podría abordar este desafío:


  1. Aumento de los ingresos: La ciudad podría explorar nuevas fuentes de ingresos para reponer las reservas. Por ejemplo, el impuesto propuesto sobre transferencias de bienes inmuebles, si es aprobado por los votantes, podría generar nuevos ingresos sustanciales. De manera similar, otras iniciativas, como el aumento de ciertas tasas o impuestos, podrían contribuir a reconstruir el fondo de reserva.

  2. Restablecer el equilibrio financiero: Además de aumentar los ingresos, es esencial garantizar que el presupuesto operativo de la ciudad esté equilibrado. Esto podría requerir reevaluar y priorizar los gastos, renegociar contratos o implementar medidas de ahorro de costos en todos los departamentos de la ciudad. El objetivo debería ser generar superávits que puedan destinarse a reservas en lugar de depender continuamente de los retiros de reservas para cubrir los déficits.

  3. Establecer objetivos de reserva claros: Establecer una política formal para mantener las reservas en un cierto porcentaje del presupuesto (potencialmente superior al 30 %) puede ayudar a orientar las decisiones financieras y demostrar a S&P y a los inversores que la ciudad está comprometida con el mantenimiento de su salud financiera. Un plan bien comunicado para reconstruir las reservas a lo largo del tiempo también puede reforzar la confianza en la gestión fiscal de la ciudad. Una vez más, necesitamos un plan integral de ingresos para lograr esto, entre otras necesidades y deseos de la ciudad.


Para obtener un plan detallado para hacer exactamente eso, lea mi plan de ingresos basado en compartir la carga. HERE


¿Qué sigue para Santa Elena?


La perspectiva negativa asignada por S&P Global Ratings sirve como un duro recordatorio de que la gestión financiera de Santa Helena estará bajo un intenso escrutinio en los próximos años. Para evitar una rebaja, la ciudad debe tomar medidas proactivas para abordar sus déficits proyectados, posiblemente mediante la reducción de costos, la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos o la reevaluación de sus compromisos financieros y, preferiblemente, las tres cosas.


La posible ausencia de ingresos del Farmstead Hotel, combinada con las obligaciones de pensiones incumplidas que cubrimos en el número de la semana pasada, blog post, La perspectiva negativa asignada por S&P Global Ratings es una clara señal de que la ciudad podría hundirse en un agujero financiero aún más profundo. Como resultado, los líderes de Santa Elena tendrán que tomar decisiones difíciles para estabilizar las finanzas de la ciudad y restablecer la confianza de los inversores. Los residentes tendrán que apoyarlos.


Para los residentes y las partes interesadas, la situación subraya la importancia de supervisar de cerca la salud financiera de la ciudad y abogar por prácticas financieras sostenibles que garanticen la estabilidad a largo plazo. El futuro de Santa Elena depende de la capacidad de sus líderes para afrontar estos desafíos de manera eficaz, preservando el encanto único de la ciudad y manteniendo su integridad financiera.

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